Definición de producción y técnicas para aumentarla

“La productividad no lo es todo, pero a la larga es casi todo. La capacidad de un país para mejorar su nivel de vida durante tiempo depende casi por completo de su capacidad para aumentar su producción por obrero”

Paul Krugman, La era de las expectativas decrecientes (1994)

Hoy abordaremos el tema de productividad, de una manera superficial, tratando de dar un esbozo general que pueda darle una idea de este indicador .

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La productividad se define comúnmente como una relación entre el volumen de producción y el volumen de insumos. En otras palabras, mide la eficiencia con la que se utilizan los insumos de producción, como la mano de obra y el capital, en una economía para producir un nivel dado de producción.

La productividad se considera una fuente clave de crecimiento económico y competitividad y, como tal, es información estadística básica para muchas comparaciones internacionales y el desempeño de los países y de evaluaciones, por ejemplo, los datos de productividad se utilizan para investigar el impacto de los productos y el mercado laboral regulaciones sobre el desempeño económico.

El crecimiento de la productividad constituye un elemento importante para modelar la capacidad productiva de las economías. También permite a los analistas determinar la utilización de la capacidad, lo que a su vez le permite a uno medir la posición de las economías en el ciclo económico y pronosticar el crecimiento económico. Además, la producción la capacidad se utiliza para evaluar la demanda y las presiones inflacionarias.

La fórmula de la productividad

Podemos entender diferentes tipos de productividad, dependiendo de si le damos un enfoque global o individual. La fórmula de la productividad es la siguiente:

A partir de este enfoque, de lo que se trata es de medir tanto la productividad individual como la productividad global, que será la media de la productividad de los trabajadores.

Técnicas para mejorar la productividad

Dicho esto, veamos ahora algunas técnicas para mejorar la productividad que pueden contribuir a medir los resultados de la empresa.

1. Técnica de Pareto

La técnica de Pareto es una de las más conocidas, también se le suele llamar la regla 80/20. Según esta teoría, el 80% de los resultados que se obtienen de un trabajo dependen del 20% total del esfuerzo y el tiempo total del empleado dedicado a ello. En cambio, para conseguir el otro 20% de resultados acabamos invirtiendo el 80% del tiempo.

Si logramos identificar y medir en nuestra empresa cuáles son las tareas que más influyen en los beneficios, podremos poner todo nuestro esfuerzo y enfoque en ese 20%.

En la medida en que, sin embargo, nos entretengamos con tareas que nos ocupan la mayor parte del tiempo, pero que no son rentables, nuestra fuerza de Recursos Humanos estará obteniendo un menor grado de eficacia.

2. Técnica Pomodoro

Esta técnica consiste en el arte de «hacer menos». Se basa en el método de gestión del tiempo desarrollado por Francesco Cirillo, un ingeniero informático ampliamente conocido por su método de gestión del tiempo.

La técnica consiste en trabajar en una tarea durante 25 minutos sin interrupciones. Pasado ese tiempo, es posible tomar un descanso. Para ello, se pone a funcionar un temporizador que te permita trabajar de manera concentrada, evitando cualquier tipo de interrupción hasta que el temporizador finalice.

Ese período de 25 minutos se denomina pomodoro.

Entre cada período de 25 minutos, los empleados deberán descansar unos 5 minutos. Cada cuatro períodos de 25 minutos, se podrá un descanso más largo, de 10 o 15 minuto, pero siempre midiendo el tiempo y dividiéndolo en distintas partes.

3. Método Seinfield

Se trata del método del calendario. Esta técnica de productividad empresarial consiste en dividir un objetivo de amplio volumen de trabajo en objetivos más pequeños y dividirlos por días. Cada día que hayamos cumplido el objetivo, debemos marcar en el calendario con una cruz roja, y en caso de que no cumplamos el objetivo, dejarla en blanco, lo que da muestra del fracaso.

Este método es de gran ayuda para la productividad personal, aunque hoy día en las grandes empresas disponemos de sistemas y herramientas tecnológicas de productividad que nos permitan programar objetivos a los trabajadores, de manera que no es necesario utilizar un calendario en papel.

4. Método Ivy Lee de las 6 tareas

Este método para mejorar la productividad se basa en Ivy Lee, un hombre de negocios que ocupó un papel destacado en el ámbito de las relaciones públicas. Él desarrolló un método basado en las 6 tareas esenciales para ayudar a Charles Schwab, quien necesita su asesoramiento para mejorar la eficacia de su equipo de trabajo.

El método consistía en que simplemente cada empleado tuviera que determinar cada noche las 6 tareas esenciales que debía realizar al día siguiente. Estas debían estar ordenadas por orden de importancia.

Los criterios para determinar este orden de importancia se basan en las tareas que pueden proporcionar más beneficios de la compañía. Si los empleados se enfocan en dedicar toda su atención a esa actividad, podemos mejorar la eficacia de nuestro trabajo al haber establecido un adecuado orden de prioridades.

5. Mejorar la comunicación interna

Gran parte de la productividad de los trabajadores se pierde debido a una mala comunicación. Reuniones interminables, largos procesos de toma de decisiones, falta de objetivos diarios o de planificación de turnos, ausencia de liderazgo o dificultades para trabajar en equipo por falta de herramientas tecnológicas necesarias.

A veces implementar herramientas que ayudan a la automatización de las comunicaciones ayuda a mejorar la productividad.

Si los empleados disponen de la tecnología y los métodos procesos adecuados para comunicarse, las reuniones se limitarán a las necesidades esenciales y cada trabajador podrá estar enfocado en sus funciones sin interrupciones.

Todas estas técnicas pueden servir tanto a nivel personal para mejorar nuestra productividad en el trabajo, como para implementar técnicas en Recursos Humanos a gran escala que nos permitan medir y optimizar las tareas de los empleados.