¿Por qué hay inflación en estos momentos?

Con la pandemia la economía mundial prácticamente se paralizó, y con ello buena parte del gasto por parte de los consumidores. Con la apertura que se ha venido dando, gracias a los avances en la vacunación, ha vuelto el consumo, pero la oferta no se ha recuperado de la misma manera.

Después de años de inflación muy baja, la economía se abrió rápidamente, se reanudaron las comidas en restaurantes, los viajes, eventos sociales y deportivos, y parte del gasto reprimido durante el inicio de la pandemia comenzó a hacerse efectivo. Con las dificultades en las cadenas de suministros las empresas aún tienen problemas para atender este repentino aumento en la demanda.

Ha habido problemas como la escasez de contenedores de mercancía, con lo cual el transporte de las mismas se hace más complejo y costoso. La pandemia también ha incidido en el tipo de bienes que se demandan, una muestra clara es el interés de las personas por bienes para la remodelación de viviendas, adopción del home office o homeschooling, o aparatos electrónicos para hacer más cómoda la estadía en casa, todos son requeridos a un nivel que no estaba previsto, la demanda no se puede satisfacer y, por ende, los precios suben. Otro ejemplo muy sonado es el de los semiconductores, demandados por varias industrias, entre ellas la automotriz, la electrónica, e incluso la eléctrica.

Cadenas de suministro

Mientras el Banco Central Europeo es optimista al sostener que el equilibrio en las cadenas de suministro llegará más pronto que tarde, el FMI es más prudente sobre la evolución de las mismas, pero las empresas lo ven como un problema que tardará mucho más en resolverse.

De acuerdo con una encuesta realizada por la compañía de tecnología Coupa Software a más de 600 líderes de cadenas de suministro en empresas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, el 91% de los consultados considera que los problemas en las cadenas de suministros son un desafío a largo plazo que continuará afectando los ingresos por lo menos durante la primera mitad del 2022.

Tras verse las consecuencias que la pandemia estaba dejando sobre los sistemas económicos se preveían “cuellos de botella” en las cadenas de suministros, pero no al nivel que se han experimentado. Estos problemas han derivado en escasez de materias primas, aumentos en los gastos operativos, retrasos y cancelaciones de proyectos, además de las ya mencionadas consecuencias sobre los índices de precios en todo el mundo.

Aunque la persistencia de este problema está siendo pagada por el consumidor final en forma de inflación, los retailers también están padeciendo las consecuencias. La citada encuesta indica que los retailers anticipan pérdidas de ingresos de entre 5% y 20% en los últimos 18 meses, causados por problemas en el abastecimiento y distribución de sus productos.

Más de la mitad de los consultados prevén pérdidas superiores al 5%, mientras que el 26% espera pérdidas por encima del 10%. Finalmente, el 5% de los encuestados (30 empresas aproximadamente) estiman que sus pérdidas de ingresos se irán por encima del 20%.

Una de las razones que lleva a estas empresas a anticipar que la situación, así como su impacto sobre los ingresos no se resolverá en el corto plazo es que el aumento de la demanda se ha dado antes de que la pandemia acabara; por lo que se mantuvieron restricciones relacionadas con la contingencia sanitaria. Específicamente, en puertos, instalaciones de fabricación y centros de distribución la operación no ha vuelto a la normalidad como para responder a la súbita demanda.

Para atender este auge en la demanda es necesario aumentar la capacidad de carga máxima del sistema (producción y logística), para lo cual son necesarias inversiones, tiempo y tecnología de punta para mejorar los sistemas logísticos y, que estos, puedan anticipar los picos y repartir el flujo en los pedidos.

Pero las empresas no se han quedado pasivas. Según recoge JP Morgan Chase en una encuesta de perspectivas que hizo a líderes de pequeños y medianos negocios, las empresas han llevado a cabo cambios en sus modelos de negocio para hacer frente a los desafíos que se han venido presentando en la cadena de suministros.

Para aliviar las disrupciones en la cadena de suministros el 65% de las empresas medianas han echado mano de sus inventarios estratégicos, y el 51% ha sumado proveedores de nuevas geografías. Mientras que el 48% también ha destinado más fondos para cubrir los incrementos relacionados con la movilización de sus productos o suministros, el 32% ha cambiado materiales o sus procesos de manufactura; finalmente el 30% se ha visto obligado a tomar medidas más drásticas, como reemplazar o detener los negocios con determinados proveedores.