Reprogramación de deuda o Refinanciación por el COVID-19 que es mejor?

La reprogramación de deuda es la medida que los bancos tomaron para afrontar la situación del COVID-19 como base y le han modificado con “pequeñas sutilezas” pero al final es igual; tenga en cuenta que la mayoría lo ha hecho de manera automática, es decir usted no debería comunicarle al banco su intención de reprogramar, pero es importante que se comunique o e revise los canales de comunicación de su entidad.

En los próximos renglones vamos a analizar las figuras disponibles y como funcionan dentro del Banco; uno de estas figuras es la refinanciación, utilizada también con clientes que no pueden cumplir con sus préstamos.

Aquí las diferencias que hay entre cada procedimiento y cuál de ellas es la más ventajosa.

La reprogramación de deuda es una operación a la que recurre un cliente cuando cuenta con calificación “Normal” en la central de riesgo -y el crédito se encuentra vigente- pero presenta problemas para pagar su cuota del mes.  Dicho cambio en su capacidad de pago se debe generalmente a problemas externos como es el caso actual del Covid-19, lo que le impide continuar cumpliendo con su obligación como lo venía haciendo.

La refinanciación puede ser solicitada por un cliente con cualquiera de las cinco calificaciones de riesgo (Normal, Con Problemas Potenciales, Deficiente, Dudoso y Pérdida), esto es, cuando la deuda esté en condición de vigente o vencida.

Si bien el deudor tiene inconvenientes para realizar el pago, por razones particulares como un despido repentino de sus labores, suele ser pedido por clientes que además presentan morosidad en el sistema

La mayoría que opta por refinanciar su deuda es porque ya tiene cierto número de cuotas que no ha pagado y que posiblemente no podrá pagar si se mantienen iguales

Esto conduce a la segunda diferencia, que la reprogramación de deuda implica generalmente un cambio en la fecha de pago, lo que a su vez afecta el plazo del préstamo.

Suele estar acompañada de períodos de gracia en que no se cobra la cuota pactada aunque continúa acumulando intereses, los que serán cancelados en las cuotas posteriores.    Para que el cliente pueda pagar su deuda requiere que su cuota sea más pequeña, lo que implica que se alargue el plazo de su crédito y podría estar acompañado de un incremento en su costo de financiamiento.

Tenga en cuenta que un refinanciamiento de deuda conlleva un cambio en las condiciones contractuales del crédito, ya sea plazo, tasa de interés y/o cuota.

Una tercera característica distinta en ambas metodologías de cobro es que en una reprogramación la calificación “Normal” del deudor se mantiene.

Algo que no sucede en la operación de refinanciamiento pues los solicitantes clasificados como “Normal” deberán ser reclasificados como “Con Problemas Potenciales”, mientras que los deudores de otras categorías se mantendrá en su clasificación original. En cuanto a la provisión que realiza el banco por cada crédito otorgado,en una reprogramación el porcentaje es igual para todos los préstamos.

No obstante, cuando se da una refinanciación dicha provisión se incrementa pues se trata de un cliente que incumplió con el pago y representa mayor riesgo para la entidad.

Por tanto, la ventaja que genere cada operación dependerá de la situación del deudor. ” Si el cliente es un buen pagador pero por causas inesperadas ve afectados sus ingresos y no puede abonar su cuota, una reprogramación de deuda le será beneficiosa”  Pero, si la capacidad de pago del deudor cambia y le impedirá cumplir con más de una cuota futura, o si ya es un cliente moroso en el sistema financiero, tiene la opción de refinanciar su deuda a fin de reducir su pago mensual.

Tenga esta explicación y confróntela para que elija lo que más se ajuste a su realidad y propóngale a su Banco, esta vez los usuarios necesitan la ayuda del sistema financiero, ellos la recibieron de los usuarios hace ya varias décadas con el 4xmil…