Bancos y dinero, en lento proceso de extinción… tal como los conocemos

En muchos países que son inseguros, especialmente en los países en desarrollo, la única forma de que no les roben, si es que llevan billetes o monedas encima, es que porten una tarjeta con una clave, tendrían casi que torturarles para que les den el código, siendo más fácil que terminen en la cárcel.

Así que los pagos móviles van en aumento… Este reto tiene un impacto transformador para los bancos que tendrán que reducir, drásticamente, el número de sus oficinas y de sus empleados y funcionar de forma creciente a través de sus ordenadores y de sus teléfonos móviles.

Se está multiplicando la emisión de pagos a través de mensajes de un teléfono móvil a otro móvil o a otro ordenador final de la persona que recibe el pago y también los mensajes de un móvil a su cuenta corriente en el banco. Asimismo, se está intercambiando a mucha mayor velocidad el dinero digital entre los bancos y sus clientes.

Hay una proporción importante de la población que no entiende el idioma de los bancos

La generación Z —los nacidos a partir de 1995— es verdaderamente nativa digital. Usan internet desde muy jóvenes, son autodidactas y los nuevos procesos tecnológicos les son familiares. Se mueven en Snapchat, Whatsapp e Instagram y cualquier experiencia de uso que sea más complicada no les interesa. Los bancos no se han caracterizado por crear productos intuitivos, sencillos de entender y modernos.

Según un análisis realizado por Benoit Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, cuyos datos han sido obtenidos de una encuesta ad hoc de CPMI-IOSCO, la mayoría de los 80 bancos centrales de su muestra están ahora trabajando con monedas digitales llamadas Central Bank Digital Currencies (CBDCs). De momento, un 30% de dichas entidades no utilizan monedas digitales, otro 10% sólo las utiliza al por mayor, otro 20% utiliza, exclusivamente, monedas digitales y un 40% está intentando utilizar monedas digitales al por mayor.

Asimismo, las grandes franquicias bancarias están sufriendo la competencia de Google, a través de Alphabet, que vale en Bolsa 782.924 millones, y también de Amazon, con una capitalización de 902.510 millones de dólares.

Se estima que los pagos instantáneos o similares van a ser dominantes dentro de 10 años, aunque existen ya algunas formas de pagos instantáneos, como los sistemas de pagos de cuentas bancarias, o las nuevas monedas digitales, emitidas por muchos bancos centrales o, incluso, las monedas estables privadas Private Stable Coins (PSC).

Existe una tendencia creciente en Europa a que la gente utilice cada año menos monedas y billetes. Por ejemplo, el Riskbank, banco central de Suecia, muestra que entre 2010 y 2018 la utilización de dinero en efectivo ha caído de un 38% del total a un 12,5%, siendo un país en el que es muy raro que haya robos y, además, con una población en descenso de 10,1 millones y una densidad de población de sólo 23 habitantes por kilómetro cuadrado.

En los países desarrollados de ingresos altos, más del 90% de las personas adultas ha ordenado, recibido pagos o ingresos digitales durante el año, mientras el restante, hasta el 100%, no los había recibido.

En los países en desarrollo las cifras son mucho más bajas, sólo el 65% de las personas adultas tiene una cuenta corriente. El 45% de dichas personas utilizó pagos digitales durante un año y el 20% no los hizo o no los recibió.

En resumen, la digitalización monetaria se está desarrollando a una velocidad creciente en el mundo, pero especialmente en los países en desarrollo, que son, realmente, los que más la necesitan por tener mayores niveles de inseguridad